Cómo educar a un hijo para que no se deje manipular por sus amigos
Una vez que nuestros hijos comienzan su etapa escolar, sus relaciones sociales se amplían más allá del ámbito familiar y del vecindario.
Todo es positivo para el desarrollo de la personalidad de nuestros hijos pues se trata de vínculos sociales que refuerzan positivamente su autoestima y contribuyen a su crecimiento personal. El problema viene cuando las relaciones de amistad que establecen nuestros hijos con otros niños están basadas en la dependencia emocional, la imitación exagerada de conductas y estilos de vida del grupo al que se quiere pertenecer y la pérdida de la propia identidad.
Cuando esto sucede estamos ante el típico caso en el que nuestro hijo está siendo manipulado por los que él cree que son sus verdaderos ‘amigos’.
Señales que nos indican que nuestro hijo puede ser víctima de la manipulación de un ‘amigo’:
- Su forma de comportarse ha cambiado radicalmente. Ha variado muchos aspectos de su forma de vida que sabes perfectamente que antes le encantaban: su forma de vestirse y de peinarse, sus aficiones, etc. y todo por tal de parecerse lo máximo posible a su amigo.
- Idolatra a su amigo y lo defiende a capa y espada aunque sus conductas no sean ejemplares.
- Hace exclusivamente lo que le dice su amigo y no presta atención a tus consejos.
- Depende afectiva y emocionalmente de su amigo y no es capaz de reconocerlo.
¿Qué podemos hacer los padres para que nuestros hijos no se dejen manipular?
Es importante que eduquemos a nuestros hijos inculcándoles valores positivos que contribuyan al desarrollo de una personalidad autónoma e independiente. Para ellos es fundamental que:
- Reforcemos positivamente su autoestima elogiando sus capacidades. Centrémonos en las virtudes de nuestros hijos.
- Es importantísimo enseñarles a decir “NO” y a mantenerse firmes en las propias convicciones para no someterse a los deseos de los demás.
- Confiemos en nuestros hijos y démosles seguridad.
- Permitamos que expresen libremente sus opiniones, deseos, necesidades, intereses, preocupaciones, emociones, etc. Escuchemos todo lo que tienen que decirnos.
- Enseñémosles a no tener miedo a equivocarse y a pedir perdón.
- Inculquemos el valor del respeto y el amor hacia la familia.
- Es fundamental enseñarles a distinguir lo que está bien de lo que está mal, a ponerse en el lugar del otro, etc.
- Ayudemos a nuestros hijos a hacer amigos yendo a parques, llevándolos a fiestas de cumpleaños, etc.
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