8 consejos para mejorar tu forma de hablar en público
Hablar en público es una habilidad y funciona como el resto de habilidades: mejora con la preparación y la práctica.
A pesar de la indudable importancia de la comunicación, nadie nos enseña a mejorarla. Parece que venimos de casa enseñados, pero no es así. Hablar es una habilidad y funciona como el resto de habilidades: mejora con la preparación y la práctica.
Aunque no partamos de unas buenas habilidades comunicativas, seamos tímidos y hablar ante desconocidos nos resulte una experiencia estresante, podemos aprender a ser oradores locuaces y a debatir coherentemente. Aquí tienes algunos consejos para conseguirlo:
1. Habla de lo que conoces.
Haz tuya la cita de Sócrates, “Todo el mundo es elocuente cuando habla de lo que sabe”, y empápate sobre el tema del que vayas a hablar. Cuanto más domines el tema, más confianza tendrás para controlar los nervios e improvisar si fuera necesario.
2. Practica.
Para mejorar hay que practicar. Puedes leer en voz alta frente a un espejo pero no basta con ensayar cuando estamos solos, es importante que otras personas observen cómo te desenvuelves y cuáles son los aspectos que tienes que mejorar.
3. Sé natural.
Para hablar correctamente no hace falta utilizar un vocabulario rebuscado ni complicado. Sé tú mismo, muéstrate cercano y transmite confianza. Como decía Leonardo da Vinci, “La simplicidad es la mayor sofisticación”.
4. Presta atención a la velocidad.
Mejor hablar despacio que demasiado rápido. Es habitual que hablemos más deprisa de lo normal. El motivo es sencillo, estamos deseando terminar. Al hablar con un buen ritmo ayudas a que los demás te escuchen correctamente y te entiendan, así que intenta mantener un ritmo entre 120-150 palabras por minuto.
5. Haz pausas.
No tengas miedo a los silencios. Al comenzar tu intervención, si dejas transcurrir un par de segundos proyectarás seguridad y captarás la atención. Aunque ese silencio te parezca una eternidad, no lo es.
6. Cuida el tono de voz.
No te esfuerces por hablar alto pensando que así te van a entender mejor. En nuestro entorno solemos hablar demasiado alto y eso no ayuda a crear un ambiente relajado. Además, al gritar se pierde mucho oxígeno y dificulta enunciar frases completas.
7. Cuida el lenguaje corporal.
Cuida tus gestos y posturas. Transmite una imagen relajada pero firme. La postura de la espada, junto con la de los hombros, es fundamental, pero no solo eso, cuida también la posición de tu barbilla. Al levantarla respirarás mejor y las palabras saldrán de tu garganta sin trabas.
8. Utiliza las manos.
Utiliza la comunicación no verbal para enfatizar las ideas, pero siempre intenta mantener la naturalidad. Si no sabes qué hacer con las manos, déjalas quietas y evita los movimientos repetitivos como rascarte la cara o tocar la ropa.
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